Retablo de la capilla de cardenales de la catedral de Tarazona
Los restauradores tenemos el enorme privilegio de estar en contacto directo con las obras de arte, incluso de poder meternos literalmente “dentro”; esta circunstancia nos permite acceder a cierto tipo de información sobre características materiales y formales que escapa a otros estudiosos, ya que su aproximación a ellas se limita al papel de espectadores pasivos.
Tuvimos la oportunidad de intervenir primero en los restos de pintura mural de la capilla de los Calvillo en la catedral de Tarazona y después en el retablo, conjunto contratado a Juan de Levi; este último trabajo lo desarrollamos a lo largo de seis meses, en los que pudimos estar en contacto directo y diario con la obra.
Resultado de ese trabajo es la información que aportaremos en este artículo, datos que abordarán por una parte aspectos técnicos para demostrar que se construyó como un único retablo, y por otra, algunas características de las diferentes “manos”, aspirando a añadir otra pequeña parcela de conocimiento a los estudios monográficos ya realizados.